Luego de realizar psicofonías, sacar fotografías y filmar se decidió colocar un punto final a la apasionante visita de la tan mentada y en cierto modo oculta Cueva de Colo. El descubrimiento de la tabla de madera no dejó llamar la atención puesto que en libro “Reyes sobre la Tierra” del escritor Gonzalo Rojas narra lo siguiente acerca de la Cueva de Quicaví

“Por la misma época en que el «libro de arte» llegó a Quicaví se construyó en las cercanías una casa secreta subterránea de una sola habitación. Se accedía a ella a través de una puerta en el techo, oculta por una capa de tierra y pasto, y disponía de una cerradura que sólo podía ser abierta con la «llave de alquimia»." Desde su construcción, la casa subterránea fue conocida como la Cueva de Quicaví o Casa Grande, y era utilizada como centro de reunión de los Jefes más importantes de la sociedad. El respeto que sentían por este recinto era reverencial y su acceso a él estaba restringido a unos pocos. Antes de abrir la puerta, debían cumplir con un ritual especial consistente en una serie de saltos. A mediados del siglo XIX, la habitación estaba enmaderada y contaba con una mesa, cuatro sillas principales y tres bancos de madera”

Considerando esta descripción; el hecho de encontrar un pedazo de madera deteriorado con el tiempo dentro de las arenas derrumbadas de una vieja cueva cercana a la localidad de Quicaví, la pregunta que habría que hacerse era: ¿Perteneció realmente ese trozo de madera a uno de los muebles o paredes de la Casa Subterránea o Cueva de Quicaví?

Luego de entrevistar a un sin número de lugareños y estando en las cercanías del final de la época estival aún quedaba la duda si la Cueva de Colo era la verdadera cueva de Quicaví, ¿Pero que dice la bibliografía acerca de la ubicación tan mentada y esquiva Cueva de Quicaví?

En el libro de “La Cultura de La Madera - Proceso a los brujos de Chiloé” el antropólogo Mauricio Marino y del Historiador Cipriano Osorio a lo mismo que el licenciado en Historia Gonzalo Rojas en su fenomenal obra “Reyes Sobre La Tierra” citan un hecho interesante que se produce dentro del proceso Judicial a los Brujos de Chiloé ocurrido en 1880, donde un grupo de autoridades judiciales y un piquete de policías tuvieron la misión de realizar una exhaustiva búsqueda de la tan secreta caverna que albergaba los misterios de una Sociedad Secreta de Chiloé. Acción que se realizó en forma minuciosa y cuya decisión de realizarla se fundamentó en las pistas entregadas en declaraciones de uno de los soberanos de la Mayoría “Mateo Coñuecar” quien situó la Cueva bajo descripciones precisas y que la ubicaban en una quebrada inmediata a una casa donde había vivido otro soberano de la organización “José Merimañ”. Sin embargo pese al despliegue realizado por una semana y pese a las pistas utilizadas fue imposible para la policía localizarla.

DESENLACE

Volviendo a la fase final de esta historia en el año 2012, donde el tiempo para la investigación terminaba para el autor de este escrito y ya solo quedaban tres días para el regreso a Santiago es cuando empiezan a ocurrir extraños sucesos y encuentros inesperados.

En esta parte de la historia, se requiere recalcar que la comunicación móvil en Quicaví presentaba una muy mal calidad hasta el año 2012, con señal casi nula para recibir llamadas en teléfonos móviles, no obstante, en determinadas ocasiones, dependiendo de la posición en donde se estaba dentro de la localidad y también considerando el factor suerte, era posible recibir de vez en cuando una que otra llamada, sin embargo, gracias a la conjunción de estos factores para quien les escribe y a menos de 72 horas de dejar Quicaví, se permitió recibir una noticia muy importante por medio de un llamado a celular. Dicho llamado fue generado por uno de los contactos del autor en Quemchi y que al momento de contestarle, en un tono casi exaltado se le escuchó decir “¡Hay buenas Noticias, uno de mis conocidos en Quemchi y que contactó a los Friendship en la época 80-90, se ha decidido a hablar y contar detalles inéditos de sus encuentros con los gringos, sus viajes en el Mitylus II , la posible ubicación de la Isla y algo más que de seguro será un notición: un mágico objeto que fue regalado por ellos. Mi amigo está dispuesto a hablar pasado mañana!”. Escuchado el llamado y teniendo un escaso tiempo para hacer algunas diligencias, solo pasaron escasos minutos de aquel instante, momento en el cual el autor de este escrito recibió una segunda importante noticia por parte de uno de los lugareños del sector y la cual consistía a una cena de despedida organizada por los mismos paisanos, esto último era muy importante porque se presentaba la oportunidad para agradecer el apoyo de la comunidad.

Luego de esperar impacientemente la hora de la cita, el momento finalmente llegó. Ya avanzada la noche, bajo una intensa lluvia, quien les escribe tomó la calle principal de Quicaví desde su lugar de alojamiento, para dirigirse a las inmediaciones del pueblo y bajo un frío intenso se pudo finalmente arribar, luego de 20 minutos de caminar, al lugar del encuentro. Resultó inevitable pensar durante todo ese trayecto que resultaba increíble reflexionar que en tan agradable y mágico sector hace tan solo un poco más de 100 años había sido el punto de una de los sucesos más increíbles y ocultos de la historia chilena. Bajo la permanente acción del frío, la oscuridad y la lluvia fue también ineluctable sentir una percepción de sentirse observado, a esto se sumó las acciones de algunos aullidos y ladridos de perros, los que hicieron repentinamente provocar un tenso ambiente durante todo el trayecto.

Al momento de arribar al sector del encuentro, luego de unos 3 minutos de estar gritando hacia el interior de la vivienda, por fin se logró llamar la atención del dueño de casa, quien al momento de abrir la puerta comentó “Que bueno que haya venido, tengo unos amigos que desean conocerlo”. Al instante de proceder a entrar a la casa, fue una gran sorpresa divisar a 4 personas de ya avanzada edad, al momento de entrar todos miraron seriamente al protagonista de esta historia, luego de saludar a cada uno de ellos (tres hombres y una mujer), se pudo verificar que todos debían pasar los 60 años, lo que se vio como una gran oportunidad para poder complementar las historias que ya se habían recopilados del sector. En seguida de saludar y presentarse, se pasó a un lugar dentro de la misma casa donde había una fogata en que se asaba un cordero al palo, gran sorpresa causó que a medida que se avanzaba en la conversación y aumentaba la confianza entre los protagonistas, las personas presentes detallaban y afirmaban un conocimiento casi con certeza o verdad absoluta de las leyendas e historias que contaban y el hecho ser individuos de mayor edad; sus canas parecían representar todo un sinnúmero de vivencias que entendían venir de épocas pretéritas de Quicaví.

Al momento de estar reunidos todos alrededor del fuego, se dio el momento para que las personas de aspecto sabio empezaran a narrar increíbles detalles de aspectos desconocidos de Quicaví, sus encuentros con brujos, el juicio a los brujos en 1880, Zapata y por primera vez se escuchó hablar de una profecía que narraba un hecho que estaba relacionado con la rearticulación de La Mayoría. También se dio la oportunidad de hablar de aspectos poco conocidos de la medicina natural Chilota, la labor de los poquísimos curanderos que quedan esparcidos por todo Chiloé y la labor de los ya casi extintos “Amarradores de Hueso”.

Pasadas las horas y habiendo tenido un buen pasar en la mesa, se dio la oportunidad de probar el exquisito y mentado Licor de Oro, un trago típico de los chilotes a base de leche y alcohol, fue en esos momento que el autor de este escrito decidió finalizar su visita a los lugareños del sector dado lo avanzado de la noche (3:00 am) y ya que al día siguiente se debía trasladarse fuera del sector a la tan esperada entrevista con un testigo clave de Friendship. En ese momento la dama que estaba presente toma firmemente de la mano a quien les escribe y alzando su voz en forma autoritaria dice: “Sergio es importante que nuestra historia se dé a conocer al mundo, anteriormente otros lo intentaron, pero ahora es el momento dada la tecnología y los medios de información, sin embargo es necesario que dejes acá lo que has encontrado en un terreno importante para nosotros”. Concluida la cita siempre quedarían impregnadas en forma mental las palabras que esta mujer aludió.

Finalmente llegó el día de dejar Quicaví, entre la serie de ronda de entrevistas realizadas e investigado una serie de lugares que sin duda alguna dejarían una huella importante en la vida del autor de este escrito y a solo minutos de subir el bus, finalmente ya se estaba en el paradero del sector y a lo lejos se observaba que el bus interprovincial se acercaba paulatinamente a su lugar de destino cuando repentinamente se produce uno de los momentos más álgidos de esta historia ya que una persona muy amigable y gentil (cuyo anonimato se ha decidido mantener al igual que otras personas citadas a lo largo de la historia) decidió acercarse y en forma de susurro para decir “Conozco una parte donde está la Cueva que buscas y no estoy hablando de la Cueva de Colo, si usted quiere lo puedo llevar mañana”, ante esta situación no se daba crédito a lo que se escuchaba, luego de haber investigado por semanas y recorrido kilómetros por los diversos rincones de Quicaví y sus alrededores; al fin se producía un dato concreto. El informante luego mostraba un antiguo mapa de la zona de Quicaví, donde con sus dedos marcaba dos zonas separadas por varios kilómetros. En la primera zona, según el testigo, se señalaba una pequeña cueva ubicada cerca de la playa de Quicaví que, según él, dicha cavidad a través del tiempo se habría ido cubriendo por las arenas y que dentro de los círculos de personas que saben de su existencia se habla que la cavidad era una de las entradas a la gran cueva que usó la Mayoría, pero que nunca se pudo confirmarlo ya que esta cueva se fue tapando con la arena a través del tiempo.

Todas las circunstancias y acontecimientos explicitados daban pie para abandonar la idea de viajar a Quemchi por el momento y agendar una noche más de estadía en Quicavi, como así mismo re agendar la entrevista con el testigo del caso Friendship postergándola para un día más de la fecha acordada.

Luego de pasar una larga y expectante noche y acordado 1 día más de estadía con la dueña de “la mansión embrujada de Quicaví” cuya historia fue narrada al principio de esta entrega, bajo una agradable somnolencia provocada por el excitante encuentro que se produciría a solo horas luego del amanecer y con un lento correr de las manecillas del reloj, el momento finalmente llegó. Luego de las 14 hrs, se produjo el meeting con el lugareño en la plaza del terminal de buses de Quicaví. Luego de estrechar las manos, se peregrinó hacia el sector occidental de Quicaví. Pasando unos 20 minutos, el paisano señaló con su índice derecho el lugar de la supuesta cueva ubicada en la playa de Quicaví y en donde se pudo observar que de bajo de unos matorrales asomaba una pequeña cavidad ya cubierta con las arenas del tiempo y en donde se presentaba una escaza profundidad hacia su interior. En opinión de quien presenta este relato resulta poco probable considerar esa cavidad como la cueva de Quicaví, por la posición al descubierto y el tamaño de ella, sin embargo no dejaba de resultar interesante volver a escuchar que existe la creencia entre los lugareños que conocen la cavidad que en tiempos antiguos era una de las entradas a la gran Cueva de Quicaví. Al momento de sacar fotografías el acompañante dirigió las palabras “Es necesario apurarse, se acerca la lluvia y el bosque se hace más húmedo en el lugar hacia donde nos dirigimos”