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MONASTERIO SANT JERONI DE LA MURTRA
Su conexión con el enigmático Cristóbal Colon

La Orden de los Jerónimos se creó entre los siglos XIV y XV. San Jerónimo fue un santo que vivió en el siglo IV y que tradujo al latín la Biblia (llamada la Vulgata). La Orden solo existió en la península ibérica (España y Portugal) y eran comunidades de hermanos ermitaños. Tenían mucha relación con los reyes ya que los monasterios jerónimos funcionaban como hostales reales. De esta manera los reyes pagaban parte de la construcción.

UN SUCESO HISTÓRICO ADEMÁS DE TRAGICO Era el siete de diciembre de 1492. En ese año habían ocurrido hechos trascendentales y la futura España emergía con fuerza tras el fabuloso descubrimiento –para occidente–, de aquel virtuoso de los sueños llamado Cristóbal Colón. Una pareja de reyes visionarios ocupaba el sitial más alto y despuntaba un escenario prometedor. Era un viernes al mediodía y Fernando el Católico se disponía a hacer un receso con su guardia de corps y para ello había salido por la escalinata del antiguo palacio Real Mayor en el intramuros de Barcelona, hoy bastante irreconocible por la urbana depredación del progreso.

Justo cuando EL Rey se disponía a subir a su cabalgadura se acercó por la espalda Juan de Cañamares un pages (campesino catalán) oriundo de la población catalana de Dosrius, armado con un terciado de unos tres palmos de longitud, con el que le asestó al Rey un golpe vertical de arriba a abajo que paso junto a la sien y la oreja izquierda. Un golpe inesperado y mortal de necesidad por la contundencia y recorrido del mismo, se abatió sobre el sorprendido monarca y su cortejo.

Quiso el caprichoso destino que la regia testa portara en ese momento un grueso collar (un toisón de oro menciona algunas crónicas antiguas) que de manera providencial desvió la fatal trayectoria de la espada malintencionada.

El rey se desangraba de manera escandalosa, y aunque afortunadamente el tajo no había interesado las zonas más vitales del cuello del monarca, el pronóstico era más que preocupante. Mientras tanto se había conseguido reducir al airado agresor.

La herida del rey, aunque sangraba abundantemente, no pareció ser de gravedad en un primer momento: los cirujanos hallaron rota la clavícula, retirando parte del hueso astillado, limpiándola del pelo que había entrado en ella y cerrándola con siete puntos de sutura. Posteriormente, el día 14, el rey recayó con fiebre alta que hizo temer por su vida, restableciéndose completamente a finales de año.

Fue en este lugar y el plena rehabilitaban, donde los Reyes Católicos recibieron, entonces, en audiencia, a Cristóbal Colón de regreso de su primer viaje América.

Este encuentro de famoso navegante, dio pasó a la leyenda, pues el Monasterio en sus columnas del claustro tallaba los rostros de insignes personas que visitaban este lugar y, entre estos se pueden apreciar rostros de benefactores del sacro lugar, obispos de la época, militares famosos, y santos frailes. Según algunos estudiosos un rostro que podría ser de Cristóbal Colon habría sido tallado en piedra para la posteridad.

Nuestra visita, logró situar dos rostros que salen del termino medio de otros tallados en las columnas del claustro que supuestamente podrían ser interpretados como de marinos de aquellos tiempos, incluido forma de llevar la cabellera y vestimenta. Como todos sabéis, la figura del intrépido marino es un gran signo de interrogación para los historiadores contemporáneos. Orígenes inciertos ¿catalán, mallorquín de Felanixt, gallego, portugués, italiano, etc.…

Una gran controversia donde cada estudioso tira para el lado que le conviene y que, pronto editaremos un detalle de curiosidades de la vida de Colon que han permanecido en nuestros archivos largos años. Un tema apasionante y que la historia de alguna manera ha mantenido oculto por el obvio paso de los años.

Por último, y volviendo al tema del encuentro de Fernando el Católico con el enigmático marino Cristóbal Colon, demás esta comentar como terminó el agresor de rey, Juan de Cañamares, quien fue sometido a cruentos interrogatorios para averiguar si su acción era un complot de sublevación popular o había actuado sólo. Durante el suplicio confesó que se lo había ordenado el Espíritu Santo, y también aludió a instrucciones que recibió del Diablo.

El Rey tuvo un gesto perdón a su agresor, pero según crónicas de la época, sólo fue un gesto para la galería, pues el Consejo Real era poderoso y con decisiones inmediatas. El día 12 de ese mismo diciembre el agresor fue paseado en carro y descuartizado públicamente por las calles de Barcelona. El cuerpo fue horriblemente mutilado, como correspondía en aquellos años a quien atentaban contra la Corona.

Este acto tan cruel pasó a la historia por la estancia de recuperación de Fernando II en este monasterio, y en este lugar de oración y silencio recibió a Cristóbal Colon en abril de 1493.

Debemos agregar que en nuestra visita que mencionar que sí encontramos dos figuras muy de marinos de la época y que una de ellas es mostrada por los guías del lugar como el rostro de Colon. Todo esto entre escudos de familias importantes, obispos que vivieron en este lugar de devoción, e ilustres personajes benefactores del monasterio y otros indefinidos.