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Año 1965 - El Gran Socavón de Pelluco
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Escribir y comentar el caso Pelluco, como se ha denominado este acontecimiento extraño desde que ocurrió la madrugada del 30 de Julio de 1965 es algo ya incorporado a la ufología chilena.

A principios del año 2016, un antropólogo de nombre Wladimir Soto Cárcamo, presentaba un trabajo sobre este caso en la ciudad de Puerto Montt, deducimos una visión diferente, donde la cultura ufológica entendiéndola como aquella interpretación debida avistamientos no explicado, más toda la narrativa de construcciones del saber popular y los medios comunicación de la época, y si agregamos la divulgación del boca a boca y el tiempo transcurrido a la acontecimientos en sí, hacían un interesante paréntesis en este mundillo ufológico nacional, árido desde hace muchos años de aportes nuevos y matices diferentes en nuestras temáticas.

El trabajo es simple de presentación, lo cual lleva a engaño, se titula: LO EXTRAÑO ES NUESTRO: El Caso Pelluco 1965 y el Encuentro que no fue en la isla Tenglo 1978. Son 44 páginas donde una recopilación de declaraciones de testimonios de personas de la época, gran parte de ellos ya muertos, expresan su sorpresa, otros sus miedos ante lo desconocido, y sobre todo quienes estaban en el momento de los acontecimientos en Pelluco. Todo esto incluía interés para quienes han investigado el caso.

La situación y descripción del mundo social que había en esos años en el lugar, las familias que componían aquel balneario de cobraba vida en verano, mientras que en invierno perdía su color y actividad cotidiana. Los primeros pobladores del lugar, los adinerados, los más humildes y pobres, además de los comportamientos y el transito que hacían en la vida cotidiana cada una de estas personas se incorpora como gran aporte a los fríos datos que la prensa de la época totalmente inexperta sobre este tipo de fenómenos informó al respecto. ( Imagen: Casa familia Proeschle )
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Entre estas familias, una de ellas es protagonista, la familia de Don Agustín Proeschle Schmeisser jefe del hogar cercano a los hechos y quien era un respetado descendiente de alemanes, que entre sus actividades anteriores estaba haber sido administrador del diario “El Llanquihue”. Es en este hogar cuando se efectuaba el velorio de un lamentable accidente ocurrido el 28 de Julio cuando los hijos de don Agustín Proeschle, se ven involucrados en un trágico acontecimiento de tráfico. Un tren de carga 251 de Osorno a Puerto Montt conducido por el maquinista Mateo Rojas, se lleva por delante el moderno coche de los jóvenes Ignacio, Carolina, y Carlos Proeschle, con la desgracia que la chica sale despedida del automóvil y es arrollada por las ruedas del tren. Este hecho ocurre en el camino norte del Hotel Correa propiedad de Juan Pazos. Los otros dos hermanos quedaron gravemente heridos y fueron conducidos al hospital regional por el mismo Sr. Pazos. Más tarde, estos jóvenes se recuperarían, pero la chica murió instantáneamente en el sitio del accidente.

Aquella noche se efectuaba el velorio de Carolina Proeschle y el desfile de personas de todas las condiciones sociales era enorme para dar el pésame a tan insigne y respetado vecino. Autoridades sociales y políticas, de la iglesia católica, técnicos agrícolas, militares y vecinos en general lloraban a esta hermosa niña fallecida en tan trágicas circunstancias.

En este punto hay que recordar a los amigos lectores, que un velorio del sur de Chile de aquellos años era muy diferente a como se lleva hoy en la muerte de un familiar. En aquello años se compartían casi dos días de plegarias, pésames y rituales no exentos de una atención especial a las personas quienes acudían a casa de los afectados y donde la gastronomía del lugar no estaba ausente para los visitantes. Era todo calmado, tranquilo y se conversaba ampliamente. Un acontecimiento muy especial, más aún, en lugares apartados del país.

El autor recalca en su trabajo que el día anterior había sido de una climatología extrema, días nublados con fuertes cargas eléctricas y además también se habían detectado luces extrañas, además de algunos desplazamientos de terrenos en el lugar. Esto último lo retoma de inmediato un escéptico nacional que se sujeta a este punto para expresar que fue una desplazamiento de tierras subterráneas lo que ocurrió realmente… pero las declaraciones de los testigos, algunos muy conocedores del terreno y del lugar dejaron muy claro que eso no era un desplazamiento de terreno, ellos estaban acostumbrados a estas situaciones, sino era una verdadera “extirpación de toneladas de tierras” dejando una circulo limpio de vegetación y que el contenido de aquel circulo de más de 50 metros de diámetro jamás se encontró.

El Sr. Agustín Proeschle declara que le pareció que lo que escucho primeramente fue un ruido “semejante al producido por los aviones jet, pero muy superior. Sentimos este ruido como algo que se hallaba detenido…” Mientras tanto el testimonio de José Cifuentes Janet a las 4,20 horas de la madrugada menciona haber “visto una luz que iba despegando…. Se trataba de un ruido espantoso, sobrenatural…”

Es así como connotadas autoridades locales que estaban aquella noche en el velorio de la adolescente expresaron de primera mano sus impresiones y quedaron registradas en este resumido pero interesante trabajo de este antropólogo Wladimir Soto Cárcamo.

Lógico, que no deseamos relatar el trabajo completo, sólo dar a conocer su existencia, pues a igual como nos dice su autor, hasta la fecha sólo se ha hablado muy por encima de este asunto, sin profundizar mucho, y menciona que la divulgación del fenómeno fue imparable.
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Las fotos más conocidas y publicadas por la prensa de época son dos o tres. Esta es una de ellas
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Los recuerdos de testimonios de personeros de entidades gubernamentales presente en ese momento en casa del Sr. Proeschle son una muestra imborrable que algo anormal ocurrió aquella madrugada del Viernes 30 de julio de 1965 en la arboleda cercana del hogar de esta familia, incluyendo un militar de la FACH. Uno de los testimonios más elocuentes el de Arnoldo Flores Secretario Zonal del Servicio Nacional de Salud que describió lo que vio desde la cocina de la familia Proeschle, un objeto “circular que lo tuvo enfrente por espacio de 3 segundos a una altura de 80 a 100 metros, tenía unos 5 metros de ancho, metía un ruido como un motor, pero bastante extraño, poseía un color azulino, medio violeta, quizás medio naranjo, haciendo como pestañeos las luces que se encendían y apagaban y nos encandilaban” además agrega que uno de los jóvenes del Sr. Proschle se desmayó en ese momento (este detalle nunca se había comentado hasta ahora)

Y así suma y siguen pequeños detalles de los testimonios de personas que aparecieron en la prensa en aquellos años y se han perdido con el tiempo, ante la indiferencia de los estudiosos de la ufología nacional que se quedaron sólo en el agujero vacío dejado por “algo” que aún no se sabe lo que es. ¿Las fotos publicadas se preguntarán?
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Se conocen muy pocas fotos del sitio del suceso. El IIEE ha publicado dos fotos aparecidas en semanarios de la época y que siempre son aludidas por quien escribe sobre este caso. El fotógrafo era un conocido profesional de Puerto Montt de nombre Rubén Ibarra Gutiérrez que era conocido como Ruben`s. Los rollos fueron entregados por este fotógrafo al diario “El Llanquihue”.

Este señor tenía un estudio fotográfico cerca de la catedral y el mismo revelaba las fotografías. Este fotógrafo se acercó al lugar con el periodista Juan Barrientos, quien informó del suceso en su diario. Los negativos desaparecieron pues el fotógrafo solo entregaba las fotos al periódico nunca los negativos. ¿Por qué razón no existen más fotos del lugar?
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Finalmente, se sacan conclusiones de testimonios que vecinos del sector que vieron al día siguiente en el agujero a personal militar y personas extranjeras que hablaban inglés haciendo estudios. Carabineros se limitó poner un cerco al terreno donde habían ocurrido los hechos. Sobre esto último el periodista Barrientos dice que investigó este asunto “los buscamos y no los encontramos” mencionó, mientras el comandante del Grupo Nº 5 de la Fuerza Aérea de Chile Gerardo López Angulo, informó que no se había observado ninguna novedad sobre el particular sobre el supuesto fenómeno ocurrido en Pelluco.

¿Qué paso en Pelluco realmente esa noche lluviosa, gris y de triste recuerdos para la familia Proeschle? Aún no hay una respuesta concreta al respecto.

Creemos que el trabajo de hemeroteca y de localizar antiguos testimonios aún vivos por parte de Wladimir Soto Cárcamo es una aportación valiosa, respecto a unir los conceptos de la época y del lugar en un solo trabajo.

Terminamos con la misma frase del autor de este trabajo al final de su ensayo:
Yo creo que algo no natural estuvo allí, donde se llevó el pasto limpiecito, no había nada, ningún arbusto, porque allí había murtales, chacai (captar la idea ..) tanta cosa y no quedo nada. Fue algo muy raro, una cosa extraordinaria

Wladimir Soto Cárcamo

Conclusiones:

Si nos situamos en el año 1965 y leemos la información sobre temas de Ovnis la primera impresión que tenemos es que existe un abismo respecto al trato del tema como se hace hoy en día. Los mismos estudiosos del tema eran muy escasos y no existían normas ni disciplinas ni protocolo alguno a tener en cuenta. Todas las personas que quisieron entraron al gran socavón de más 50 metros, con casi un metro de profundidad, incluyendo niños, indica esto una gran cantidad de tierra extraída, además de curiosidad desmedida de la gente y a la vez completo descuido en el lugar.

No había huellas de aceites, no había rastro de champa, ni rocas sueltas, hierbas nada. Según comentarios de algunas personas del lugar acostumbradas a deslizamientos de tierras y napas subterráneas activas, no tenía el socavón ninguna característica de estas, y lo que vieron fue muy extraño y no habitual. Se podría haber logrado muestras del suelo (sí alguien lo hizo no es público) había personal militar, personal hablando inglés, se cerco el lugar por orden no se sabe de quien y las fotos desaparecieron o no se mostro mucho interés al respecto por el periodista que cubría la noticia, que nos parece extraño que no encontrará a nadie que le comentará de un personal no habitual en la zona hablando inglés. Si le agregamos las dos únicas fotos existentes …. En fin, un caso más para quedar en la nebulosa de la duda, como muchos otros que el tiempo se encarga de dejarlos en el olvido.
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Más información sobre este caso:

Diario “El Llanquihue” meses de junio, Julio, Agosto 1965
Los sin nombre (Ed. Orbe) Willy Wolff y Manuel Sáenz
Explorando El Laberinto (IIEE de España) Raúl Núñez
Archivos Luis Altamirano
Publicado originalmente en Espacio Compartido Nº 86 de España

Antropólogo, Magister en Ciencias Sociales
A quien hacemos referencia en este escrito, y a su ensayo
LO EXTRAÑO ES NUESTRO: Caso Pelluco 1965


Más información sobre este caso : https://www.iiee.cl/r_pelluco.html

Año 1965 - El Gran Socavón de Pelluco
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