Delegación fundada el 3 de Abril de 2003

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OPINIONES Y REFLEXIONES
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LAS BROMAS DE LA CIENCIA
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Ya sabemos que la ciencia no puede gastar bromas pero sí quien la representa. Dentro de esa gama amplia de mentes, hay algunas despiertas, otras que dormitan, pero otras cuyo fin es dudoso e incierto.

Estos representantes de no se sabe qué, aportan escasos beneficios a la comunidad, y amparándose a las huestes de Ángeles custodios, defienden con su espada flamígera a los ciudadanos ante los planteamientos de las mentes avanzadas.

Obviaremos a estos negadores, que haciendo uso de su posición, olvidan los pasos de la historia. No perderemos tiempo con ellos y traeremos a colación algunas expresiones usadas por personas bien intencionadas que, amparándose en el vocabulario científico y en sus múltiples vericuetos, creen tener la solución a los anómalos sucesos que nos rodean.

Hace ya años leímos en una prestigiosa revista de ovnilogía, que sigue el sistema científico y que hoy agrupa a un plantel de investigadores de gabinete, el siguiente comentario sobre la fotografía de un tractor.
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Vista trasera del tractor agrícola propiedad de JMM, que permite apreciar notablemente su parecido morfológico con un OVNI clásico

El 23 de junio de 1990, la Universidad Politécnica de Oxford, en el RU, dedicó un espacio para plantear la naturaleza de los círculos en Inglaterra. El meteorólogo Terence Meaden, no sé si en broma o en serio, buscó la explicación en los vórtices de plasma de baja densidad y con una fuerte velocidad de rotación. O este señor no fue a ver los círculos o pretende despejar la pelota, sea lo que fuere, hoy después de trece años sigue siendo aventurado dar una explicación a este tipo de fenómeno. Lo más grave, es que grupos que dicen dedicarse a la investigación ovni apoyen esa teoría y además digan que ha sido una interpretación sabia.

El asunto no es nuevo y cuando la ciencia no llega a explicar qué es, se buscan ideas peregrinas que molestan a las mentes más despiertas. Uno de estos casos se dio el 24 de septiembre de 1235. El general Yoritsume junto con su Ejército vieron las evoluciones de unos círculos en el cielo que estuvieron hasta el alba. Como aún no había ningún chivo expiatorio que cargase con las culpas, el buen general pidió a su plantel de científicos una explicación al evento. El informe no se hizo esperar y el grupo de sabios presentó el siguiente veredicto: Se trata de un fenómeno natural y no es más que el viento que hace balancear a las estrellas.

Esto, naturalmente produce cierta sonrisa, la misma que nos producen a nosotros otras explicaciones coetáneas, sobre la misma naturaleza de lo que vio el general Yoritsume.

Para las marcas en las zonas de Warminster, algunos científicos buscaron la solución en nubes o masas de aire en torbellino, puesto que en esa ocasión no existían huellas de quemaduras. Al parecer existen científicos que dictaminan directamente de oído, ya que el campo puede manchar el calzado.

Cuando el Parlamento británico se vio acosado por peticiones para que se estudiaran las causas que producían los círculos, aparecieron David Chorley de 62 años y Dong Bower de 67 quienes en 1991, se declararon autores de los círculos. A petición del diario inglés Today, realizaron unas burdas pantomimas y el asunto se dio por concluido. Y es que en verdad una vez que surge una explicación aunque esta sea incoherente los ánimos se calman y en el fondo lo que se oculta es el miedo a lo desconocido. Cualquier mente un poco racional, lo primero que se plantearía sería ¿Si es posible que estos abuelotes hayan realizado los miles de círculos? No tocaremos el cambio tan drástico que ha sufrido el fenómeno últimamente, porque el asunto es lastimero. Los abuelos han sido sustituidos por grupos de jóvenes que se distraen apostando a ver quién engaña mejor. No por ello todo es falso. El hecho de que existan monedas falsas no implica que todas la sean. Pero esto es otro asunto.

Saltando de continente llegamos a Villarrica, donde un campesino, Roberto Valenzuela Sepúlveda, llamó la atención sobre el hallazgo de un esqueleto del tamaño de un perro grande. Presentaba dos colmillos en la parte superior de la mandíbula, y una especie de espina dorsal y protuberancias que salían de la misma. El campesino lo relaciono con el IEA, puesto que había sido víctima de sus ataques y como buen agricultor y semiganadero sabía muy bien distinguir lo que era el esqueleto de un perro. Sin embargo, José Yañez del Museo de Historia Natural lo tenía mucho más claro, se trataba de un simple perro domestico. Claro que decir algo no catalogado por la ortodoxia podría ser condenado
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Ramón Navia, es uno de los pocos investigadores quien en forma independiente ha viajado por el mundo tratando de esclarecer el tema del IEA (Chupacabras) En la foto en Doñihue.-Chile.
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Una posición correcta y científica fue la realizada por la Universidad Nacional Antonio León de Managua, Nicaragua, por el extraño esqueleto hallado en septiembre de 2000 y por la Universidad Austral de Valdivia, Chile, sobre un cráneo que recibió para su estudio en julio de 2002, que tras un estudio preliminar no sabían a qué especie correspondía.

Hace unos pocos años, el IIEE obtuvo una impresionante filmación. Con el objeto de poder depurar la imagen la presentamos en la Universidad Autónoma de Bellaterra en Barcelona. Una vez realizado el estudio las imágenes eran reales, no producto de la refracción de la luz u otras causas naturales. Solicitamos del ente una nota escrita para refrendar la autenticidad. Cómo se nos podía ocurrir semejante petición, ¿es que deseábamos desacreditar la Universidad?

Tras años de investigación, nos hemos encontrado con un cuerpo de seguridad que tiene medios humanos y científicos para saber las causas de ciertos fenómenos. La Guardia Civil y el SEPRONA, han actuado en diferentes ocasiones sobre los problemas que nos ocupan y como es natural de es este organismo no hemos podido conseguir nada. Si se le pide un nombre o una fotocopia de algo te miran con desdén, esto en el mejor de los casos. Todos los informes anómalos van a parar al baúl de los recuerdos. Ahora bien cuando interviene la TV, ofrecen su gentil colaboración sin poner obstáculo a los informadores.

Prosigamos en este mundo de rosas en donde todo parece indicar que la investigación que realizamos es una mercancía peligrosa y que desagrada a los poderes establecidos.

A veces surgen explicaciones peregrinas que no se sabe dónde nacen, pero seguramente tienen su génesis en el mismo lugar donde dictaminan lo que cada uno tiene que ver. Como ocurrió en el siguiente incidente:

En la canícula de 1974, en Conneticut, un depredador desconocido destrozó animales en Mansfield Hollow. Los testigos describieron al agresor con aspecto de felino, cola larga y del tamaño de un gran danés. El Departamento de Pesca y Caza declaró que todo se trató de una ilusión óptica. Supongo que no hace falta comentario.

Ahora que hablamos de ilusiones ópticas nos vienen a la mente las declaraciones del investigador suizo Karl Berger, que dijo sobre el rayo en bola lo siguiente: ..Podría ser una ilusión óptica producida por el deslumbramiento de un relámpago normal.

De aquí se desprende que Karl Berger no se preocupó de hablar con ningún testigo de rayo globular, sino no se explica tan desconcertante explicación.

Todas estas declaraciones realizadas por físicos, y otros profesionales de la materia, da la impresión de que no han sido testigos de la amplia gama de fenómenos que ellos quieren explicar.

En cuanto a las improntas de Cornada, el 5 de mayo de 2000, después de haberse barajado múltiples explicaciones, la Universidad de Santiago de Compostela y el Observatorio de R Aller parece que se inclinaron por la teoría de la burbuja de aire en el suelo y que pudo ser afectada por un exceso de agua y viento, produciéndose una explosión en el terreno.

En muchas ocasiones, los problemas originados con un elemento adverso radican en dos cuestiones primordiales:

1.- Emitir y establecer hipótesis omitiendo las declaraciones de los testigos presénciales

2.- Limitarse a dar explicaciones sobre un factor anormal, siguiendo los trazados de los principios conocidos, sin tener presente que existen otros vectores que podrían dar explicación al evento. El problema principal se origina cuando no se quieren reconocer otros principios, y se aplican siempre vectores conocidos, jugando con las palabras para ocultar el desconocimiento.

Nos hemos encontrado con personas que han descrito la observación de esferas y sonidos de naturaleza esquiva, y los científicos ignorando esas declaraciones han apuntillado que eran falsas interpretaciones e imaginaciones propias del miedo.

Burbujas explosivas de agua arrojando árboles de 500 kilos de peso a 40 metros de distancia y elevándolos a 30 metros no son cosas de peccata minuta.
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Aunque muchas bromas surgieron a partir de la aparición de los platillos volantes, la cuestión no es nada nueva, como veremos a insignes académicos dictaminar sobre cuestiones pueriles de hoy en día, pero que en aquella época no lo era tanto.

En 1772 Lavoisier, fue designado junto con otros miembros de la Academia de Ciencia de Paris, para estudiar el meteorito de Luce, el cual presentaba signos evidentes de fusión. La explicación fue muy clara. Solo el rayo al golpear una piedra podría fundirla.

Más tarde siguiendo la línea de Lavoisier, la Academia de Ciencia, de Paris, se pronunció en 1790 sobre la naturaleza de las cosas que caían del cielo. "Del cielo no podían caer piedras, sencillamente porque allí no las había" Este ejemplo podría servir a aquéllos que mantienen la rigidez de la ciencia conocida ignorando que habrá otras que rompan con lo establecido por la ortodoxia actual.
Extraña esfera encontrada en Sudafrica
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El físico Chladni sufrió una campaña de descrédito por mantener la procedencia cósmica de los meteoritos, y nunca fue reconocida su valentía ante la inmovilidad de la ciencia establecida.

No describiremos aquellos avances de siglos pasados que entonces parecían imposibles, como los aviones y los buques de hierro, y es por ello que no deberíamos sonreírnos ante cuestiones tan peregrinas. Lord Kelvin sobre 1890 sostenía que las máquinas más pesadas que el aire no volarían, el mismo punto de vista tenía el astrónomo Simon Newcomb quien en 1903 vaticinó el fracaso de las maquinas voladoras. Antes de la inauguración del ferrocarril en España, entre Barcelona y Mataró, los médicos previnieron a los usuarios del grave peligro que entrañaba viajar a 30 kilómetros por hora. Hoy en día cuando muchos estamentos de la ciencia se sonríen antes las cosas de los ovnilogos, olvidan la historia. La ciencia y el tiempo son cuestiones adyacentes.

Saltando en el tiempo y en el espacio nos situaremos en un lugar donde existe un problema desde hace tiempo, Argentina, donde las mutilaciones de ganado esta a la orden del día. El SENASA, (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) para solucionar el problema pretendió encontrar una explicación al problema. Tras un meticuloso estudio e informe se inculpaba al 0xymycterus rufus, ratón hocicudo rojizo, como responsable de los cientos de vacas mutiladas. Estos señores no se molestaron en comprobar que la dentadura del ratón carece de los elementos necesarios para realizar tales filigranas. Con una dentadura en forma de cincel produzca cortes limpios en la piel y lo más curioso el estómago del roedor sólo tiene cabida para 10 ó 12 gramos de alimentos. Se podría pensar en un regimiento de estos ratones, pero según Jaime Polop de la Universidad Nacional de Rió Cuarto, su presencia es mínima. Otra de las cuestiones que el SENASA olvidó es que el hocicudo se alimenta de materia orgánica de origen vegetal.

Por si lo del ratón no fuera suficiente, algunos avispados especialistas del tema achacaron la muerte del ganado a una avispa europea, todo proveniente de mentes universitarias. Esto nos recuerda a un presentador del tiempo en la TV española. Caigan zunchos de punta, nieve en verano y haga calor en invierno son cosas propias de la época. Nunca encontramos algo que le llamara la atención. Así tendremos presentador para rato.

Técnicos del Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca de Uruguay abrieron una encuesta para estudiar fenómenos que los ganaderos achacaron a los ET. Tan en serio se lo tomaron que mientras el Ministerio de Ganadería estudiaba los casos, las Fuerzas Aéreas se vieron involucradas por mediación de un grupo dedicado al FOVNI.

Como siempre para sustentar una teoría solamente hace falta omitir, olvidar, desestimar y encauzar los hechos a los derroteros a donde queremos llevarla. No hace falta mucha imaginación, porque el público se limitará a tomar como cierto lo que la autoridad del momento dictamine. Y así se despeja el miedo, la incertidumbre y el poder se restablece, aunque se derrote la verdad. Termino caduco que suele traer problemas a los temerosos de la realidad.

De vez en cuando surgen elementos que parecen estar aliados a los servicios secretos prestando pocos beneficios a la ovnilogía, como el caso de la observación de Arnold, Después de tantos años de describir OVNIs resulta que fueron alas volantes. Cuando se ensaya un prototipo se fabrica uno y después se va modificando según las circunstancias. En este caso no fue así, se fabricaron nueve de golpe para comprobar su vuelo y luego el proyecto fue cancelado y quemado todos los documentos hasta el propio prototipo. Lo único curioso de esta trama son las medidas que se tomaron para que no quedara nada del proyecto, hecho que no se repitió con otras concepciones.

Otra de las divergencias está en los análisis de la Sabana Santa. Uno de los últimos hallazgos demostraba que era una hábil falsificación. Más tarde, los análisis realizados fueron partidistas y se oculto la verdadera naturaleza de la misma. La demostración de algo siempre tiene una tendencia simpatizante.

No podemos dejar de lado en este breve recorrido las teorías de Darwin que durante años fueron inamovibles hasta que fueron dinamitadas por Richar Milton. Tampoco podemos olvidar aquel anecdotario cuando en 1876 A.G. Bell ideo el teléfono y el físico británico Tait dijo que todo obedecía a una patraña.

También en algo tan tangible como las pinturas rupestres de Altamira, su descubridor Marcelino de Suntuola, fue tachado de impostor, en 1880. Por otra parte, Tito Ticinelli, en el siglo XVII se mofaba de las ideas de Leonardo de Vinci.
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Otros de los hombres condenados fueron el físico estadounidense James MacDonald, de la Universidad de Arizona, después de descubrir los peligros que conllevan los vuelos aéreos en relación con la capa de ozono. A pesar de haber contado con el beneplácito de la Academia Nacional de Ciencia de los EEUU y haber publicado en 1966 el problema que presentaba la flota de SSTs la cual reduciría en un 4% la concentración de ozono de la atmósfera. Cuando MacDonald presentó sus cálculos los congresistas, sus colegas y la misma prensa se lo hicieron pasar mal durante 1971. Su porte de gran científico se vio ennegrecido por su estudio sobre el FOVNI, dos disciplinas irreconciliables para algunos enanos de mente. El científico murió de forma extraña. Una cosa queda bien clara no se puede estudiar el mundo de los no identificados y además ser defensor de la naturaleza, un doble peligro de credibilidad que asumimos todos los que estamos inmersos en estas problemáticas.
James Mc Donald entrevistado por Alejandro Vignati.
Ambos murieron en extrañas circunstancias
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Ramón Navia-Osorio
Presidente IIEE - España
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