Delegación fundada el 3 de Abril de 2003

.
Historia IIEE
Fundamentos IIEE Chile
Contacto
.
 
 
.
.
UFOLOGÍA
.
EL MIRADOR DE ANGOL
Ventana a un mundo desconocido
.
Uno de los casos ufológicos más increíbles registrado en Chile, ocurrió en el lugar denominado “EL Mirador”, a dos kilómetros de la ciudad de Angol, y a más de 600 kilómetros de distancia de la capital. Este corresponsal se adentró en unos acontecimientos dignos de ser incluidos en una galería de terror, donde los Ovnis se mezclan con extrañas apariciones de “seres oscuros” de la noche, quienes desfilan delante de los testigos, causando a quienes los ven sensaciones inexplicables y también como hemos comprobado repercusiones en sus vidas futuras.

Los archivos del ex Mayor de Carabineros ® Raúl Gajardo Leopold., estudioso que vive en el lugar, están plenos de estos casos e informes, donde con metodología casi policiales ha rastreado y dejado impreso para la posterioridad. Su experiencia y conocimiento de la zona ha sido compartida generosamente con nuestra investigación en terreno.

.
“El Mirador”: Un encuentro casi de ciencia ficción
.
.
Cristina Sepúlveda:
Una de las principalers testigos de este caso, a los años después de su experiencia
La noche del 16 de febrero de 2001 a las 22,15 horas, Ingrid Sperberg Sepúlveda, 26 años, Técnico Forestal, profesora de la sede de la Universidad de la Frontera local, el joven Patricio Vallejos Tapia de 25 años, Analista de Sistemas, y Cristina Sepúlveda Acuña de 42 años, de profesión Contadora, llegan en un coche de marca Nissan V-16, año 1994 al sector de “El Mirador” ubicado a unos 2 kilómetros al suroeste de la ciudad de Angol. Estacionan su coche a unos cuatro metros del portón de la entrada al fundo “EL Litre” y apagan las luces. El motivo de ir a este lugar era ver una vista nocturna de Angol y pasar un rato charlando en una espléndida noche de verano.

No pasa mucho tiempo, cuando se dan cuenta que a unos 250 metros al interior del predio forestal, tras una cuesta del camino y sobre una hondonada poco pronunciada, hay una luminosidad extraña. Ven un foco que se eleva al cielo, con luz blanca, luego este haz de luz se divide en dos y se abre como un abanico casi de 180º Al abrirse, se vislumbran luminosidades como franjas, al interior de esos alerones, de abajo hacia arriba, anaranjado, amarillo, blanco y violáceo.

Todo esto anterior ocurre en completo silencio. Los testigos observan ensimismados el fenómeno, que tiene una duración de 3 a 4 minutos. Luego, el abanico se cierra y dejan de ver los colores, quedando sólo el haz de luz original. Este deriva horizontalmente al Norte, elevándose gradualmente y lento, entre los cerros. Todo se ha transformado ahora en una esfera blanca brillante.
.
Ingrid, una de las testigos se altera y se retira al coche. Luego de encender unas quince cerillas logra encender un cigarrillo. Sus nervios se hace evidente, sus manos tiemblan. Cristina trata de abrir la puerta del automóvil y lo logra después de varios intentos. El tablero del coche no enciende… inquietos, logran dominar en parte los nervios y salen del coche. Miran el cielo, la luminosidad tiene un radio de casi 40 metros y ahora logran apreciar que la luz hace una especie de lupa en su luz en otro sector del terreno.
Pueden distinguir a lo largo del camino rural donde se ve la luz, pastos secos perfectamente nítidos, las hojas de los árboles se distinguen perfectamente, y en ese momento les pareció algo realmente “mágico”…
.
Los tres testigos alrededor del coche, cada vez acostumbran más los ojos a la oscuridad del lugar. Transcurren escasos minutos. Cristina fue la primera en percatarse, por estar más cerca, desde atrás del portón de hierro que existe en el lugar, como del camino rural que hay se escuchan pasos, el ruido es semejante a algo mecánico que rosa el ripio…. como pisadas arrastrándose es su descripción más certera. También escuchan sonidos graves como de dos hierros chocando cada dos segundos. Luego el ruido de la fricción en el suelo, intercalado con los golpes.
Raúl Núñez, investigador del IIEE frente al portón del suceso
 
.
La sorpresa es mayúscula cuando se percatan de dos figuras oscuras, de baja estatura, las cuales se acercan al portón, vienen por el camino interior rural que hay detrás de la reja metálica. Estas se ubican tras el ala izquierda del portón. Los testigos pueden apreciar sin dificultades las extrañas figuras y sus siluetas: una de ellas se aprecia una cabeza, hombros un tanto estrechos, cubiertos hasta el suelo por una especie de túnica negra. La altura aproximada de estos seres se calculó posteriormente en 1,20 metro . El color negro lo notan especial, pues se distinguía perfectamente en la oscuridad de la noche, sobresalían a la vista de los testigos. No logran apreciar brazos ni pies. Los asustados y nerviosos testigos permanecen inmóviles eternos instantes. De pronto, el ser de la izquierda que lleva “algo indefinido” delante de él, produce el ruido metálico grave. En ese momento los testigos advierten claramente como uno se estos “seres” atraviesa los hierros del portón, y se queda inmóvil observándolos… No le distinguen ojos, pero en los segundos de este siniestro encuentro advierten un fuerte calor que sube desde los pies a la cabeza de ellos, sudan mucho, las camisetas que llevan puesta y el pelo se les humedece.
.
Portón fotografiado de noche con señalizaciones de los testigos y el desplazamiento del extraño ser
Foto de las testigos cuando ocurrieron los sucesos en El Mirador (Febrero 2001)
.
Principal investigador de los hechos, el ex carabinero angolino Raúl Gajardo Leopold
La descripción por parte de los testigos es que en estos segundos hay absoluto silencio, y la testigo de nombre Cristina siente un impulso de acercarse al ser, pero fue contenida por Ingrid. Cristina al ser interrogada dice haber sentido un murmullo como de un lenguaje indefinido “como chino” de frases cortas con duración de unos tres segundos. El extraño ser se desliza a su derecha y pasa por una abertura en la alambrada al costado izquierdo del portón, que es utilizado por los peatones. Vuelve a situarse al lado del otro ser, de frente a los testigos. A continuación, los seres giran sobre sí, hacia el centro, pasando por quedar ellos frente a frente y les dan las espaldas a los testigos. Los testigos los aprecian deslizarse al interior por el mismo camino rural, y siguen escuchando el ruido característico descrito anteriormente. En esos momentos los testigos suben al coche y hacen funcionar el motor sin tener problemas. Se acercan hasta la reja, y con las luces encendidas las localizan hacia el camino donde los seres no podrían haber caminado más de unos pocos metros, pero estos se hacen imperceptibles a la vista de los testigos.

Desconcertados, nerviosos, angustiados, los testigos suben al coche y tratan de volver rápidamente por la carretera terrosa que lo une con Angol, pero, a los 30 metros de avanzar nuevamente el coche sufre desperfectos. El motor de detiene y el coche avanza por el ripio por inercia, Cristina usa el freno de pie, nuevamente se encienden las luces y las de freno traseras en el vidrio posterior. Es en esos momentos cuando Cristina por el espejo retrovisor ve a su amiga Ingrid y sobre la cabeza de esta la silueta de uno se los seres, alejado a no más de medio metro del vidrio. Cristina grita a Ingrid que se agachase y la conductora vuelve a ver por fracciones de segundo al mismo ser.

La experiencia anterior narrada resumidamente, sigue cuando los testigos totalmente alterados llegan a Angol y en unos 10 minutos se dirigen a casa del ex Mayor de Carabinero (R) investigador ampliamente conocido en la zona e incansable recopilador de hechos extraños en estos parajes sureños del país. Deciden regresar al lugar, e incluso se adentran por el camino por donde aparecieron estos extraños seres, y aunque no encontraron nada extraño deciden regresar antes de llegar a la hondonada de terreno donde se vio la extraordinario luminiscencia que inicio todo este episodio.
.
Informe Inicial del Caso
.
Inmediatamente, este asunto fue ampliamente reporteado por toda la prensa chilena, incluso canales de TV hicieron su aparición con equipos móviles y muchos expertos estuvieron en el lugar. Al pasó de los años y la metódica investigación, con perspectivas reposadas por parte un equipo de investigación del IIEE-Chile en compañía del investigador Raúl Gajardo ha podido determinar algunos datos sobre este hecho.

Existen otros testigos de las potentes y luminosas luces. EL 16 de Febrero a las 22, 20 horas el joven Cristián Cancino de 25 años y su novia Gabriela Soto de 21 años estando en el patio de su casa pudieron observar el desplazamientos de estas misteriosas luces, pues su casa tiene vista en dirección a la zona de “El Mirador” Existe de parte de estos toda una precisa descripción de los movimientos de estas luces lo cual reafirma la observación de los testigos que en esos momentos se encontraban en las puertas de hierro del fundo Los Placeres. .
.
Las abundantes noticias hicieron que este lugar fuera muy visitado aquellos días y es así como el Domingo 18 de febrero a las 22,00 horas el señor Claudio Rivera San Cristóbal con su grupo familiar quiso conocer el lugar. Según comprobaciones posteriores se ha logrado determinar que su hija Catherine de 21 años y su amigo Álvaro Parada de 15 años, ambos en una inspección del terreno al interior del fundo Los Placeres, encontraron unas misteriosas piedras fosforescentes, y que se fijaron en ellas por su luminiscencia blanca que era notoria en la noche. Los amigos tocaron las piedras y las estuvieron en sus manos, pero no las recogieron. Una vez en casa los jóvenes padecieron nauseas, dolor de oídos, zumbidos, dolor de cabeza, y mucho decaimiento. Incluso Álvaro Parada tuvo que concurrir al Servicio de Urgencia del Hospital de Angol, donde fue atendido. Este malestar remitió al paso de las horas y posteriormente no se repitieron estos síntomas.
 
Los diarios de la zona y la TV chilena se hizo eco de los acontecimientos de El Mirador
.
Testigo Cristina Sepúlveda a cinco años de su experiencia

Quisimos localizar a los testigos de este increíble caso en el año 2006 y ver si había “algo más” y saber que había sido de sus vidas posteriores a los hechos ocurridos aquella noche de Febrero del año 2001. Para tal efecto, este corresponsal trabajó conjuntamente con Raúl Gajardo y el investigador español Ramón Navia-Osorio

Resumiendo podemos decir que Cristina:
.
Una posible abducida catalana con marcas en su barriga, similares a nuestra protagonista Cristina. Foto: Archivo IIEE Chile.
Caso de Stephen Michalaq, 20 de Mayo de 1967 en Falcon Lake, Ontario. También este trabajador minero muestra marcas en su barriga. Archivos IIEE Chile.
.

•  Cristina nos confesó que al tiempo de haber ocurrido estos hechos le aparecieron unas singulares marcas en forma de triángulos en su cuerpo, lo cual la llevó a visitar a varios médicos, sin encontrar la causa de estas marcas.

•  Nos confesó tener muchos sueños de precognición, lo cual le preocupa mucho, pues se adelanta en pensamiento a muerte de familiares cercanos, y eso le inquieta mucho.

•  Siente ruidos metálicos alrededor de su casa, similares a los ruidos que escucho en “El Mirador” aquella noche.

•  Siente sensaciones continuas de salir de su casa a mirar el cielo y el entorno.

•  Descubrió que los problemas frecuentes de garganta y una biopsia que debía hacerse por este problema que le atormentaba, pues los exámenes realizados mostraban unas “bolitas” en su laringe, solo se quedo en los primeros análisis, ya que desapareció esta molestia sin explicación médica.

•  Sueña situaciones que se repiten muy a menudo. Muchas casualidades, demasiadas.

•  Tiene fenómenos de postergeist y anómalos en su hogar.

•  Su marido ingresó a una religión adventista y no quiere saber para nada de este asunto, aunque ella reconoce que es un temor interno que siente él. También comprueba un refugio por parte de ella en un misticismo más forzado que su marido, pero nota cierta preocupación espiritual que antes no tenía.

•  En lo económico, ha notado una repercusión negativa en su vida, pues se ha desorientado, no puede centrarse en nada y su situación muchas a veces llega al límite, pero siempre en el último minuto soluciona el problema en forma casi milagrosa.

•  El otro testigo Patricio Vallejos, que estuvo con ella e Ingrid aquella noche, no fue localizado. Se comenta que se traslado a una ciudad del norte de Chile y no quiso saber nada más del tema.

•  Cristina, nos agregó algunos detalles recordados con más calma luego de su experiencia. Recuerda que los seres llevaban algo brillante en el pecho, sus cabezas eran semejantes a un niño, y no tenían facciones.

•  Ha esta fecha Cristina no tiene contacto con su amiga Ingrid, pues el trato de manejar su experiencia ante los medios de comunicación, les trajo una insalvable discordancia. Esto indica que el fenómeno Ovni afecta a las personas y a su proceder futuro.

.
Equipo Investigativo del IIEE en Angol ., de izquierda a derecha Raúl Gajardo Leopold el anfitrión de la zona, Raúl Núñez, la testigo Cristina Sepúlveda, y Ramón Navia-Osorio del IIEE de España.
Cristina Sepúlveda vivó unas intensas jornadas luego de su experiencia, como suele ocurrir en estos casos, fue llevada a la capital, Santiago, y sometida a una serie de análisis que no siempre tienen mucho valor científico, como son visualización de su aura y más de alguien le agregó un ser bello, hermoso, y de facciones bien formadas que le acompañaba. Los intentos por encontrar los exámenes psicológicos a que fue sometida, no están registrados y las personas consultadas relacionadas con este tema no nos aportaron nada nuevo. No hay registros escritos del paso de Cristina por Santiago.

No podemos dejar de sorprendernos ante estos hechos, pero nuestro asombró aumento cuando revisando la enorme casuística de observaciones en la zona de Angol, nos encontramos con otro caso similar al anterior, y nada menos, que en el mismo lugar y al mes siguiente del caso relatado anteriormente
.
“EL Mirador” y sus extraños seres… nuevamente

Aunque este lugar denominado “EL Mirador” era utilizado por muchos turistas para ver vistas panorámicas de la ciudad de Angol, desde el mismo momento de los hechos anteriormente narrados pasó a ser visitado por muchos aficionados a la ufología. Hoy en día, siguen sucediendo avistamientos los cuales son registrados por Raúl Gajardo en un trabajo de hormiga de una paciencia y sacrificio infinito. Lo narrado a continuación no trascendió a la prensa, gracias a la discreción de los testigos quienes nos permitieron adentrarnos en su experiencia.
.
Los protagonistas fueron Silvia Paola Benavides de 31 años, Publicistas, profesional de un importante medio de comunicación de la zona; Jorge Eduardo Benavides (hermano gemelo) de 31 años; Ximena Eugenia Rivero, 32 años Directora Ejecutiva de una empresa de Publicidad; José Alejandro Benavides, 33 años, profesión Mueblista, y su esposa Gilda Ana Cárdenas, 31 años, Laboratorista dental; Margarita Chávez, 56 años, labores de casa; Ingeniero Forestal; y Javier Adolfo Gómez 15 años, estudiante de 1º Medio

Todas estas personas llegaron en dos coches del viernes 16 de marzo de 2001 a las 22, 15 horas a “El Mirador”. Estacionaron sus coches en dirección a Angol, fuera del camino paralelo al cerco de alambres de púas que hay frente al portón de hierro del fundo “EL Litre” ya conocido por el lector. Había un viento bastante intenso, pero tibio y agradable, nos indica nuestra interrogada. Nuestra intención era ver la panorámica hermosa de la ciudad de Angol nocturna, aunque conocíamos el lugar también por lo de los Ovnis, y no faltaba quien miraba el cielo de vez en cuando, nos confiesa. Dada la excelente descripción de la señorita Silvia Paola, recurrimos textualmente a su declaración:
Hermosa vista desde El Mirador, en la zona de El Rosario, camino a Vegas Blanca. Este es el lugar del trabajo de observación del ufólogo Raúl Gajardo Leopold, quien asegura observar gran cantidad de hechos anómalos aéreos en los cielos de este idilico paisaje.
.
“En un momento, nos dimos cuenta que al final del camino, que es ancho de ripio y recto, a la altura del segundo poste de energía eléctrica, esto es, a unos 80 metros de distancia al Sur se comenzaron a ver luces rojas, redondas, como de linterna mediana, pero que tenían un haz de luz. No era una luz brillante y el rojo era especial, como rubí. Se movía erráticamente en todas direcciones al lado del poste, a una altura media. Se encendían y apagaba. Cuando pasó hacia ese sector un automóvil, se apagó. Nosotros tratamos de ver a las personas que allí deberían estar, con su luz, pero no había nadie. Naturalmente los focos del automóvil que pasó iluminaron ampliamente ese lugar. Eso comenzó a extrañarnos y lo comentamos.

Luego, nos percatamos que a unos 30 metros de distancia, venían por el medio del camino tres personas altas, y por su silueta y ruido de pasos, nos pudimos dar cuenta que venían a un mismo compás, levantando el brazo derecho a la altura de los hombros. Presumiblemente en la mano traían ese foquito rojo, en la derecha, pero se veían cuatro luces y por eso al comienzo pensamos que eran cuatro las personas. A medida que se fueron acercando, con esa actitud, ya comenzamos a sentir algo de temor. Continuaron pasando frente a nosotros a unos tres metros de distancia. Ahí nos dimos cuenta que vestían ropas oscuras, como de dos piezas, con una especie de tenida Mongomery (denominación para un abrigo grueso) holgado, con capuchón. En la oscuridad es difícil fijarse tanto, pero sí constatamos que desde la garganta hasta la cintura, su vestimenta tenía una franja de unos 10 centímetros , de color gris opaco, como fosforescente. El personaje del medio tenía dos foquitos, uno en la mano y el otro en el lugar en donde debía estar la boca. Gilda se fijo en eso. No le vimos rasgos. Iban de frente. En ningún momento hicieron ademán de mirar hacia donde estábamos nosotros. Caminaban al compás, normalmente, doblando las rodillas. Su vestimenta era toda oscura o negra. No vimos que movieran el brazo izquierdo. Al parecer estaba rígido a su costado Les calculamos una altura de 1,80 metros
.
Dibujo realizado según indicación de los testigos de estos misteriosos seres nocturnos,  que caminaron casi militarmente a escasos metros en El Mirador en el año 2001
Cuando pasaban frente a nosotros, mi hermano Jorge Eduardo les dijo: ¡Buena la talla! (broma) pero estas personas lo ignoraron No hicieron ademán alguno. Continuaron caminando en la forma ya descrita hasta una distancia de unos 3 o cuatro nosotros. Se detuvieron en seco y se juntaron hacia el centro, como para dialogar. Escuchamos algunas palabras dichas en tono normal, pero no entendimos nada Fue como si hablaran un idioma desconocido. Extraño, con frases cortas. Esto nos puso más nervioso aún.

Luego, con movimientos precisos, como acordado y entrenados, giraron hacia el centro y nuevamente comenzaron a caminar hacia el Sur, por donde habían aparecido originalmente. Escuchamos sus pasos muy claros. Movían el brazo derecho hacia arriba con la luz roja. Todo igual que antes. Nuestra inquietud aumentaba. Ya era miedo. Según lo conversamos después, todos estábamos a un paso del pánico, con un miedo grande.
.
Los vimos pasar nuevamente frente a nosotros, como desfilando al mismo compás. En una posición muy derecha. En ningún momento nos miraron o voltearon la cabeza, como si no estuviéramos allí. Tampoco por el capuchón, le vimos los rasgos, ni la nariz siquiera, nada. Ninguno de nosotros logró ver algo más, pero caminaban como personas normales, si no, lo hubiéramos notado o reparado. No perdimos detalle de su presencia.

Cuando esos tres seres sobrepasaron como en 4 metros el lugar en donde estaban aparcados los autos , ya no estaban más. Como que desaparecieron, como que se esfumaron Nuevamente nuestro miedo creció. Imposible que a la carrera se hayan lanzado a los costados del camino, que es ancho y lo hubiéramos notado. dejaron de estar con sus luces. No se vio más. A tan corta distancia habríamos captado cualquier movimiento de esos seres altos y medianamente corpulentos.

Reaccionamos a esto tan inusual, introduciéndonos a los autos, con miedo. Yo encendí las luces de retroceso, para ver si con esa luminosidad veíamos algo, pero ya no estaban, definitivamente. Esto fue extrañísimo. Era imposible lo que habíamos experimentado, estar viendo en un segundo y al próximo no. Incluso, retrocedí con el automóvil varios metros, pero fue igual, ya no estaban.

Luego con mucho miedo, optamos por irnos del lugar inmediatamente, avancé unos 40 metros por donde hay un lugar suave para llegar al camino y regresamos a Angol.

No vimos nada extraño en el cielo ni en los alrededores; nos vinimos comentando todas las alternativas de lo que habíamos visto y coincidimos en todos los detalles. Lo que más nos impactó fue que hayan desaparecido así, lógicamente, delante de nuestra vista. El miedo durante el desarrollo de esta experiencia fue general.”

Firman la declaración:
Paola Benavides Santana, Ximena Rivero Cortes y el investigador Raúl Gajardo Leopold, quien logró recopilar este caso del anonimato


.
Más seres extraños en los alrededores de Angol

La madrugada del día sábado 9 de diciembre del año 2001, fue especial y plena de interrogantes para el pequeño agricultor, Luís Arturo Bayer García, quien aquella noche se quedo conversando con el cuidador de su parcela ubicada en la Colonia Lolenco , a unos 16 kilómetros al este de Angol. La conversación se alargó y es así como a las 02,50 hrs de la madrugada decidió partir en su pequeña motocicleta en dirección a su casa de la ciudad para dormir.

Una vez en la carretera asfaltada y en su pequeña moto, con foco delantero encendido de potencial 6 volts y habiendo recorrido unos 400 metros en una noche tranquila aunque algo oscura, sorpresivamente divisó a una figura de más de 2 metros a su derecha. Este ser, estaba parado en el andén de la carretera y la descripción del agricultor fue la siguiente:

.
La altura de la figura eran unos 2,15 metros , no se distinguían rasgos en su rostro, tenía los brazos caídos a sus costados, estaba totalmente inmóvil, le vio levantar su cabeza quizás por el ruido de la motocicleta. En ese lugar la carretera estaba bastante oscura y la luna estaba oculta. Lo que más le llamó la atención al testigo fue su posición tan recta, también pudo determinar que sus piernas y brazos eran largos, su vestimenta era oscura y holgada la cual se componía de dos piezas. La define como una especie de buzo (mono de trabajo) La parte de arriba le llegaba a la altura de los muslos. No presenció botones o junturas en la vestimenta.

La descripción del testigo continua expresándonos que lo aprecio no muy delgado, más bien “gruesesito” de hombros bien marcados y curvos. Al ver su cabeza, no le distinguió rasgos faciales ni pelo, lo definió como “algo liso” de color amarillo grisáceo. Su cabeza estaba de acuerdo a su cuerpo. Ancha arriba y más alargada en la parte del mentón. Nos agrega con énfasis, que lo que vio no podía ser algo normal. Al ver aquel aspecto de su rostro entró en pánico y aumento su velocidad a casi 90 kilómetros que es lo máximo que daba su servil transporte.

Otro extraño ser observado en las cercanías de Angol, en Diciembre 2001 por el testigo Luis Arturo Bayer.
.
Nuestras consultas nos indican que no le apreció manos. Una vez recorrido unos 3 kilómetros se detuvo a pensar y reflexionar, pero no quiso volver, pues estaba invadido por el miedo. Nos comenta finalmente, que esto nunca había ocurrido en su vida en aquel lugar, donde nació y que conoce perfectamente tanto su entorno como sus habitantes. Ha practicado la caza en innumerables noches oscuras, caminando sólo por el lugar, sin haber tenido nunca una experiencia como la que nos relata.

Nos hace un bosquejo de la figura que vio y que hasta el día de hoy no olvida, y no ha regresado nunca más a casa tan tarde y en noches oscuras por ese camino.

Ovnis y avistamientos continuos

Los avistamientos en los entornos de esta ciudad, una de las más importantes de la Araucanía , zona histórica y donde nuestros indígenas han vivido desde mucho antes que la llegada de los españoles a Chile, no se detienen en un lugar en concreto. Es así como hemos seleccionado - entre muchos hechos anómalos - la experiencia que tuvieron el matrimonio campesino formado por Julio Palma y su esposa Hilda Salazar en el año 1985, cuando a las 23,00 horas vieron con asombro inusitado que un gran objeto luminoso bajaba en sus tierras a unos 150 metros del galpón de su parcela “El Peral”

La descripción del campesino no deja lugar a duda que vio a unos 70 metros una “cosa enorme, que giraba y daba resplandores en el suelo, absolutamente radiante, pero que no molestaba al mirarlo… cálculo que tenía como 4 a 5 metros de alto y de unos 25 metros de largo. En forma de un lavatorio boca abajo…”

El objeto se levanto de repente “como si lo hubieran tirado con un hilo” nos dice el pragmático y serio campesino chileno. Se pudo dar cuenta que al centro tenía una parte oscura, circular, de unos 15 metros de diámetro. No hacia ruido, luego se desplazo en dirección a la ciudad de Angol Muchos testigos de la población Tegualda confirman haber visto esta gran luz circular, que causo miedo y terror en los perros de Julio Palma.

Al revisar el terreno donde sucedieron estos hechos, se vio que el pasto se secó completamente. Había un gran círculo de 25 metros aproximadamente. Consultado Don Julio sobre el comportamiento del terreno, nos confiesa que en esa loma ha sembrado alternativamente, trigo y avena en cinco oportunidades. Ha arado y abonado el terreno. El trigo se da muy alto y la avena ha llegado a medir 1,70 de altura. En cambio, en el círculo donde vio posarse “esa cosa” el brote no crece más allá de cinco centímetros.
.
Marcas dejadas por un extraño objeto luminoso en la Parcela "El Peral" de Angol en el año 1985. Hasta el día de hoy en el suelo donde estuvo esta extraña luminosidad no hay vegetación normal
.
Nuestro entrevistado, campesino rudo y de pocas pero certeras palabras, menciona que aquello era sólido y enorme, destaca la velocidad con que se elevó y se desplazó posteriormente por el cielo. Para tal efecto logramos fotografiar desde el aire en el año 2006 la zona afectada por la misteriosa luz circular. La foto muestra claramente que el terreno aún no se recobra de lo que le afecto hace casi más de veinte años. ¿Qué era realmente lo que vio Don Julio en sus terrenos?

La Cantera de Deuco


.
Las Canteras de Deuco, zona de extraños fenómenos de todo tipo
Otro lugar mágico de esta tierra araucana esta localizable a unos 8 kilómetros al Sur de Angol. Antigua cantera trabajada en los años 40 por una empresa alemana y que era paso de un importante enlace ferroviario que unía y daba vida a las localidades de la zona. La explotación de la Cantera duro hasta el año 1970 cuando fue abandonada y sus dependencias vaciadas de sus enseres, quedando toda la maquinaria pesada al fondo de la Cantera. El tiempo ha ido inundando de agua este lugar y se han formado dos impresionantes lagunas artificiales, rodeada de un roquerío superior a los treinta metros, y que desde su cumbre se tienen un panorama realmente majestuoso. Una vez que se cerró su explotación, un antiguo obrero se quedo viviendo en este lugar como un ermitaño, y es a él a quien hemos recurrido, pues su memoria guarda relatos que son increíbles. Se trata de Víctor López Contreras, soltero de 75 años, jubilado y único habitante de la Cantera en estos momentos.
.
Durante toda una mañana logramos adentrarnos en un extenso historial anómalo, que van desde voces y gritos de dolor que se escuchan por las noches, atribuibles a los innumerables fallecidos en la explotación del lugar, dado que hubieron muchos accidentes y murieron decenas de obreros incógnitos, hasta los más fantásticos rumores sobre los jefes alemanes, explotadores de la Cantera.
Víctor López nuestro entrevistado, nos habla que los germanos tenían dependencias alejadas y se comentaba la existencia de unos extraños túneles, donde los lugareños creían que experimentaban con animales y personas. Para confirmar lo expresado por el Señor López, precisamente en una de las dependencias que ocuparon antaño los alemanes, logramos determinar una entrada desde una casa habitación hasta el subsuelo disimulada entre los muebles. Seguramente, en aquella época, pasaba este túnel muy inadvertido para cualquier visitante. Lo que no sabemos es donde conduce este subterráneo, pues parte de su tramo esta derrumbado con el paso del tiempo, pero este tema forma parte de un próximo trabajo que daremos a conocer y nuestra intención no es alejarnos del tema central... Esta pincelada es para que el lector aprecie detalles y deduzca según su criterio, que existe una gran cantidad de fenómenos paranormales que se dan en este lugar, como son encuentros con “extraños animales” en los frondosos bosques que rodean esta Cantera de Deuco, todo testimoniado por personas cualificadas, y que han dejado registrada su experiencia en los archivos del investigador angolino Raúl Gajardo Leopold.

Nuestro interlocutor Víctor López nos mencionó una experiencia que realmente lo dejo impactado… recuerda que la misma noche que se produjo el Golpe de Estado en Chile del año 1973, como a las 23,00 horas, estando muy despejado y estrellado el cielo, se dio una alerta en este campamento. En aquel momento habían casi 300 obreros dedicados a la distribución de chancado de piedra que eran transportados por vagones de cargas… las indicaciones mencionaban que sobre los cerros de la Cordillera de Nahuelbuta, desde el Norte y a una altura de un par de miles de metros se estaban viendo unos objetos grandes, redondos y que comenzaron a bajar sobre las canteras, lentamente. Los objetos hacían toda clase de movimientos, piruetas, curvas, circulos, etc. Los objetos no venían en orden, pero si juntos. Víctor López contabilizo 15 objetos, y nos declara tajantemente que no eran aviones, pues no producían ruido alguno y se quedaban “sosegaditos” (textual) o sea “estáticos” en el aire.

Varios testigos, entre ellos Víctor López subieron a los roqueríos altos que rodean las Canteras y ante su asombró vieron que estos objetos bajaban a la Cantera. La vista de los testigos no podía ser mejor desde las alturas de las rocas, y es así como logran describir estos aparatos de forma circular, como platos invertidos, de unos 8 a 10 metros de diámetro y de unos 3 metros de alto. El color aluminio, pero no muy brillantes, Se aprecian ciertas aberturas a los costados, como ventanillas redondas, de donde sale una luz de diferentes colores. Los aparatos estaban como fijos en el aire, pero a veces daban golpes de luz. Nada giraba en estos ni se movía. Sólo cambios de luces, lila, amarillo, verde, anaranjado, rojo, azul claro… verde claro.
.
.
Los extraños aparatos estuvieron como 10 minutos haciendo movimientos diversos en el aire antes de bajar sobre la laguna principal de la Cantera. Dos de estos aparatos de detuvieron a unos cuatro o cinco metros del agua que en aquellos años tenía una profundidad de unos cinco metros. Los otros objetos también bajaron lentamente y quedaron fijos como a 10 metros de la superficie del agua… Los testigos vieron esto “desde arriba de la Cantera ” a una altura de 40 metros . La distancia aproximada de estas personas a los aparatos en la laguna era de unos 50 metros solamente. Los aparatos estaban medio a medio del pozo principal. Estos objetos permanecieron silenciosos e inmóviles, sin emitir ninguna luz hacia el agua durante unos 3 a 5 minutos. Tiempo que según los testigos fue de un silencio sepulcral y que vivieron intensamente los obreros que subieron a las rocas.

Esta observación termina cuando todos estos objetos se elevan al mismo tiempo, no muy rápido y se dirigen hacia el interior de la Cordillera de Nahuelbuta. Los testigos los perdieron de vista sobre los cerros circundantes. Todo fue en un silencio que inundo todo el lugar. Después de esto, nuestro amigo Víctor López nos comenta que nunca más ha visto algo parecido, pues enfatiza que su observación fue clarísima y desde un lugar privilegiado. Hoy en día los pozos tienen un diámetro de 103 metros y unos 50 metros de profundidad, el otro tienen unos 100 metros y 45 metros de profundidad, nos informa.

Víctor vive hoy en día, en los alrededores de esta Cantera de Deuco, en condiciones de un ermitaño de la época medieval. Sus relatos no se pueden dejar de interrelacionar con otros hechos que ocurren en este mágico lugar. Canteras de que sólo en los últimos años esta siendo utilizada para el turismo en general, y que como hemos comprobado en nuestra investigación, las autoridades no tenían conocimiento de estos hechos anómalos. Incluso la prensa de la ciudad de Angol nos pidió información sobre nuestro paso por el lugar, pues desconocían estas historias ocultas o por lo menos, no las habían tomado en cuenta.
Víctor López Contreras, jubilado de casi 80 años, sigue viviendo en estas canteras abandonadas. Ha sido testigo de muchos fenómenos anómalos en la laguna de la cantera.
.
Podríamos llenar varios tomos enciclopédicos con la temática recogida en Angol y sus alrededores, sólo podemos decir como reflexión final, que las personas que llevamos muchos años en estos temas ufológicos, recopilando observaciones de seres anómalos por diferentes personas, muchas veces al no tener una explicación rápida al misterio, se produce una lógica reacción de cansancio y relajación tacita al cabo de los años. Creo que esta vez, el efecto ha sido lo contrario. Nos ha renovado interiormente en nuestros intentos de saber que hay detrás de todos estos fenómenos.

Tantos mentirosos juntos, en el mismo lugar son imposibles. La gente del campo es honesta y sacrificada, no muy de tomarse en bromas estas experiencias. Por esta razón le prestamos atención a esta zona de Angol, pues creemos que “algo indefinido” hay en estas tierras araucanas, que dan para hablar mucho más a futuro. Una verdadera ventana a lo desconocido.

Equipo Redacción
IEE de Chile
.
 
El IIEE de Chile no se responsabiliza ni comparte necesariamente la opinión de todos sus colaboradores en los escritos publicados.
IEE Delegación Chilena © 2003 - 2008. Todos los derechos reservados.